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la casa de dios 14

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Mensaje  Admin Lun Sep 13, 2010 10:48 am

la casa de dios 14 Skmbt116


¿Perdón?
Déjame darte un ejemplo simple, a ves si así te resulta más fácil
comprender.
Dios mío, por favor. Estoy esforzándome todo lo que puedo para seguirte,
pero necesito algo bien claro donde apoyarme.
De acuerdo. Digamos que has entrado en una habitación. Es una
habitación enorme y está adornada. Quizás es una biblioteca en una
mansión lujosa.
Está bien, puedo imaginarme eso.
Entras en la habitación y notas algunas cosas primero. Quizás es un
rincón hay un par de estatuas impresionantes de figuras humanas
desnudas. Naturalmente, te llama la atención. Te acercas a ellas para
verlas. O quizás hay una cosa igualmente atractiva por ahí. Un enorme
oso desecado. O una amplia pantalla de TV en una pared lateral, que te
atruena los oídos. Tu atención se va ahí inmediatamente. Tu mente se
va ahí inmediatamente.
De acuerdo, puedo imaginarme eso.
Ahora empiezas a mirar a tu alrededor y empiezas a ver otras cosas,
cosas más pequeñas, cosas menos dramáticas. Finalmente te acercas
hasta una estantería en el medio de la habitación. Tus ojos descubren
un título en particular en el lomo de un libro en el centro del estante
del medio, directamente frente a ti. A por eso es a por lo que venías a
esta habitación. Las estatuas te llamaron la atención y te acercaste a
ellas, pro esto es aquello a por lo que venías. Si le describieras a
alguien esta escena más tarde podrías oírte a ti mismo diciendo: “ ¡Por
fin, ahí estaba! ¡Justo lo que estaba buscando!
Por supuesto, no hay un “por fin” al respecto. Podrías haber dicho,
con igual facilidad, “¡Al principio, ahí estaba!”.
El codiciado libro estaba ahí todo el tiempo esperando a que lo
vieras. No apareció “más tarde”. En realidad, no “apareció” en
absoluto. No llegó a una “hora” determinada. Estaba allí todo el
tiempo. Sin embargo, tú no lo veías porque no lo estabas mirando. No
te acercaste a él.
Sin embargo, todo en esa habitación estaba ahí. Todo existía
simultáneamente. Tú viste lo que estaba ahí, lo “descubriste”, y por lo
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tanto lo experimentaste, secuencialmente. Entonces, el momento fue
verdaderamente “secuentáneo”.
Capto esto. Entiendo cómo podría verse de esa forma.
Una cosa no “aparece de repente” cuando la ves. El que la veas hace
que de repente “se aparezca” ante ti. Aquellos que tiene alguna noción
elemental de física cuántica te dirán que no hay nada hasta que lo ves.
Al verlo lo pones ahí. Sin embargo, la ciencia más avanzada ahora
sabe que ni siquiera esto es la declaración definitiva de cómo son las
cosas.
En la Realidad Última, las cosas están ahí antes de que las veas. Es
decir, existen múltiples posibilidades todo el tiempo. Cada resultado
concebible de cada situación concebible existe aquí mismo, ahora
mismo, y está ocurriendo aquí mismo, ahora mismo. El hecho de que
tú sólo veas una de ellas no “la pone ahí”, en sentido literal; la pone
“aquí”, en tu mente.
Pero ¿qué realidad de entre las realidades que existen es la que pongo en
mi mente?
La que eliges ver.
¿Y qué me hace elegir ver una realidad en vez de otra?
Bien, ahora, ésa es la cuestión, ¿verdad? ¿Qué te hace elegir ver una
realidad en vez de otra?
Cuando pasas al lado de una persona despatarrada en la acera,
despeinada, sin afeitar, empinando el codo con una botella de vino.
¿Qué te hace elegir ver a un “vagabundo callejero” o a un “santo de la
acera”? Cuando recibes una notificación de tu empresa diciéndote
que te echan porque están “reduciendo personal”, ¿Qué te hace elegir
ver un “desastre horrible” o una “oportunidad maravillosa”? Cuando
ves un reportaje en televisión sobre un terremoto o un tsunami, con
miles de muertos, ¿Qué te hace elegir ver “una calamidad” o el
desarrollo de la “perfección”?
¿Qué te hace elegir una cosa sobre otro?
¿Mi idea de lo que hay ahí?
Ciertamente. También, tú idea sobre ti mismo.
Esto me recuerda la historia de don Quijote de la Mancha, en la que un
hombre ve el mundo con unos ojos diferentes, ojos que “arden con el fuego
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de una visión interior”, como dice la letra de Joe Darion en una canción de
la versión musical. Don Quijote “concibe el proyecto más extraño que nadie
imaginara… convertirse en un caballero andante y lanzarse al mundo a
enderezar entuertos”
Encuentra una bacinilla de afeitar y, dándole la vuelta, la ve como un yelmo,
y se la pone orgulloso en la cabeza. Se encuentra con una rústica
tabernera, Aldonza, y la ve como Dulcinea, una hermosa dama, pura y
sincera. Le pide una prenda que pueda llevarse a la batalla y, cuando ella,
ridiculizándolo, le tira un trapo de la taberna, él lo ve como su pañuelo y lo
lleva junto a su corazón. Se marcha a caballo declarando: “Yo soy yo, Don
Quijote de La Mancha. Mi destino me llama y ¡allá voy!
Y se lo invento todo.
¿Cuál es entonces tu destino? ¿Cómo vivirás tu vida? ¿Cómo verás
a la gente, los lugares y los acontecimientos en ella? ¿Y en qué
terminará todo?
Tú eres Dios. Dímelo.
Dependerá de cómo lo mires.
¿Sabes lo que es increíble? A pesar de lo disparatado que es esto, creo
que en realidad lo estoy entendiendo.
Por supuesto que sí, porque todo esto es muy natural. Tu alma
entiende todo esto –incluyendo la “secuentaneidad”- perfectamente.
Tu alma sabe que todas las realidades existen. El hombre de la acera
es tanto el vagabundo callejero como santo de la acera. Aldonza es
tanto la tabernera como la hermosa dama. Tú eres tanto la víctima
como el villano, y has sido los dos a lo largo de tu vida. Y ninguno de
los dos es real. Ninguno de los dos. Te lo estás inventando todo.
Creas tu experiencia al decidir qué parte de Todo Lo Que Es eliges
mirar. Y puedes perfectamente estar mirando algo que estás tratando
de encontrar y no verlo.
Hombre, eso sí lo entiendo. Algunos me cuentan que están buscando a su
compañero ideal, pero cuando el cielo se lo envía, ni siquiera lo pueden ver,
porque están totalmente distraídos con cosas como las apariencias o lo que
ellos describen como defectos. Don Quijote vio a la tabernera como a una
hermosa dama, y ella se convirtió en eso.
Este mirar sin ver se aplica incluso a los objetos físicos. No podría decirte la
de veces que me he pasado buscando algo que estaba delante de mis
narices, pero por una distracción u otra no lo veía. ¡Lo miraba pero no lo
veía! Y entonces dejo esa “habitación” (ese momento de mi vida)
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anunciando a los que están interesados: “No está aquí” ¡Les digo que no
está aquí”. Después, para mi desconsuelo, alguien entra a paso firme en
esa habitación y sale triunfante, exactamente con lo que yo juraba que no
se podía encontrar.
Eso es lo que hace un maestro. Un maestro espiritual es el que entra
con paso firme en la habitación de tu vida y ve lo que tú juras que no
está ahí.
Tan a menudo he oído a la gente –caramba, me he oído a mí mismo- decir:
“Ahora ¿cómo diablos llegó eso aquí?
Los magos entienden este principio perfectamente. Dicen que “la
mano es más rápida que el ojo”. Hacen sus trucos delante de ti. No
hay ilusión en absoluto. Pero el mago sabes que te parecerá una
ilusión a causa de adónde estás mirando. El secreto de la profesión
del mago es mantenerte con la atención lejos de donde se está
haciendo el truco.
No es accidental que los magos y los maestros espirituales hayan
sido considerados a menudo de la misma forma y se les haya llamado
místicos. Las palabras místico y mágico a veces se yuxtaponen para
describir a una persona o a una experiencia en particular.
Los místicos son personas que ven cosas que tú no ves. No están
retirando su mirada del lugar donde se está realizando la magia, sino
que, por el contrario, miran justo ahí.
El universo no tiene nada de misterioso cuando lo miras
directamente, cuando lo ves multidimensionalmente. Sin embargo,
para la mayoría de la gente, dada su perspectiva limitada, esto no es
fácil de hacer.
Te has ubicado con un cuerpo, dentro del Espacio y del Tiempo,
viendo, percibiendo y moviéndote en las direcciones limitadas de las
que el cuerpo es capaz. Sin embargo, tu cuerpo no es Quien Eres, sino
algo que tienes. El Tiempo no es algo que pasa, sino algo a través de
lo que pasas tú, como pasarías a través de una habitación. Y el
Espacio no es realmente “espacio” en absoluto, como “lugar donde no
hay nada”, porque no existe tal lugar.
El Tiempo es. Se dice que “el tiempo corre”, pero el tiempo, de
hecho, no corre a ningún lado. Eres tú el que corre, tú el que “se
mueve a través del tiempo”, tú el que crea la ilusión de que el “tiempo
pasa” mientras pasas por el Único Momento Que Hay.
Y el “Único Momento Que Hay” es interminable y, por eso, cuando te
mueves a través de él, tienes la sensación de que estás literalmente
“sólo pasando el tiempo”, porque lo estás.
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El tiempo es algo que tú notas secuencialmente mientras existes
simultáneamente en todos los espacios. El Espacio y el Tiempo son
secuentáneos.
Según te vas moviendo por los Pasillos del Tiempo, llegas a
experimentar que el Espacio-Tiempo es vasto. El “Único Momento que
Hay” se llama “continuo Espacio-Tiempo” precisamente porque esta
realidad del espacio-tiempo continúa siempre.
Tú, como Espíritu Puro, puedes moverte a través de esta Realidad
Singular (llamada a veces Singularidad) en ciclos interminables
mientras continúas experimentando tu Ser. Tú eres esta Singularidad.
Tú eres el material del que está hecha. La Pura Esencia. La Energía. Tú
eres una individuación de esta energía y esta Esencia. Tú eres una
Individuación de la Singularidad.
La Singularidad es lo que algunos de ustedes llaman Dios. La
Individuación es lo que algunos de ustedes llaman Tú.
Puedes dividir tu Ser y moverte a través de la Singularidad en
muchas direcciones diferentes. A estos movimientos variados a través
del Continuo Espacio-Tiempo los llamas vidas. Estos son los Ciclos
del Ser que revelan el Ser al Ser a través de los Ciclos del Ser a través
del Ser.
Estoy anonadado. Nadie me había dado una explicación así de completa en
mi vida.
Bueno, ya era Tiempo de hacerlo.
Oh, ¡Qué chistoso! Eres muy chistoso.
Gracias.
Entonces déjame ver si puedo relacionar todo esto con mi Ser individual y
tener algo de perspectiva. Nosotros los seres humanos somos la
individuación de la singularidad que experimenta la vida en secuencia
simultáneamente”.
Eso es. Lo captaste perfectamente.
¿Estás bromeando?¿Oíste lo que dije ahora mismo? Simplemente dije:
Somos la individuación de la singularidad que experimenta la vida en
secuencia simultáneamente.
Sí, y yo justamente dije que lo captaste a la perfección.

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