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la casa de dios 20

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Mensaje  Admin Lun Sep 13, 2010 11:04 am

la casa de dios 20 Skmbt122


“Tres semanas más tarde, descubrí que estaba embarazada. Tuve un bebé,
otro niño, y los criamos a los dos como propios, aunque le dijimos a nuestro
primer hijo, cuando se hizo un poco mayor, que era adoptado. Queríamos
ser sinceros con él. Le dijimos que lo queríamos tanto como a su hermano,
y sabíamos que nuestras acciones le demostraban eso.
Billy tenía ochos años. Debió haber compartido inocentemente esta
información con alguno de los niños en el colegio, porque un día volvió a
casa de la escuela muy enfadado. Se había burlado de él en el recreo por
no tener madre. Ya sabes como pueden ser los niños. A veces pueden ser
muy crueles. Decían cosas como: Billy es tan feo que ni su madre lo quiso.
En cualquier caso, llegó a casa muy herido y furioso, queriendo saber por
qué su madre lo había dado en adopción y exigiendo saber quién era y
verla inmediatamente”.
“Yo me sentí terrible, por supuesto. Primero, por la angustia y el sufrimiento
por los que veía que Billy estaba pasando, y en segundo lugar: por mí
misma. Me sentí llena de tristeza porque, por supuesto, yo sentía que yo era
la madre de Billy. Me quedé ahí recordando las noches de cambiar pañales
y cuidarlo cuando estaba enfermo y todas las cosas que hacen las madres,
y me rompió en corazón que Billy no me viera más como su madre, que no
pensara en mí de esa forma”.
“Pero yo entendí (tuve que entender) y le prometí que cuando fuera mayor;
si él todavía quería, conocería a su madre. Yo haría todo lo posible para
encontrarla y arreglarlo”.
“Billy pareció estar de acuerdo con esto, pero jamás se sobrepuso a su
enfado. Estuvo enfadado durante todo el resto de su infancia y el principio
de su adolescencia, lo cual fue muy difícil para nosotros. Todos finalmente
lo superamos, pero no fue fácil para ninguno de nosotros en la familia, y
ciertamente no lo fue para mí”.
“Cuando Billy fue un poco más grande, hablamos de nuevo sobre lo de ver
a su madre y quedamos en que cuando tuviera dieciocho años yo
empezaría a buscarla si él todavía quería que yo lo hiciera. Durante toda su
adolescencia se encargó de recordarme esa promesa”.
“Finalmente llegó el día en que Billy cumplió dieciocho años. Ese día se
mató en un accidente de moto”.
Hubo un resuello colectivo en los participantes del retiro. De manera
abrupta, la energía de Helen se transformó en enfado.
-Ahora quiero que tú me digas a mí –soltó- cómo un Dios amoroso podría
haber dejado que sucediera eso, justo cuando Billy estaba a punto de
conocer a su madre, justo cuando su padre y yo estábamos a punto de
poner paz en la tensión que su anhelo había colocado en nuestra relación.
Quiero que me digas: ¿por qué Dios harías eso?
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La sala se desplomó con un silencio mortal. Yo me quedé helado. Miré
fijamente a Helen un momento y después cerré los ojos y me fui hacia
dentro de mí mismo. Oía mis pensamientos. “De acuerdo, Dios, ésta es la
hora de la verdad. No sé qué decir aquí. Tienes que ayudarme”.
De pronto, se me abrieron los ojos y mi mente se desbordaba. Dije las
palabras que oí en mi cabeza sin tener una oportunidad de juzgarla ni
editarlas.
-Billy se murió ese día porque era el día en el que se le prometió que iba a
reunirse con su madre… y lo hizo. Ese día su madre no estaba en esta
tierra.
La habitación resolló otra vez. Alguien susurró un enfático “Sí”. Otra
persona se puso a llorar abiertamente.
Yo seguí.
-No hay algo así como un accidente, y nada sucede por coincidencia. Se
dio un hijo biológico, incluso aunque no habías sido capaz de concebir y
parecía como si nunca fueras a ser capaz de hacerlo, porque había un
plan (un plan más grande) establecido. Se te dio este regalo especial de tu
hijo biológico a cambio de tu disposición a aceptar a Billy, darle una casa,
amarlo y criarlo como propio, y cuidarlo hasta que estuviera listo para
conocer a su madre y ella estuviera lista para conocerlo a él.
“El día de la muerte de Billy fue el día más feliz de su vida. Su
agradecimiento por llevarlo hasta ese momento es eterno. Te rodea el
corazón incluso ahora y crea contigo un lazo para siempre”.
“Hay perfección en el diseño de la Vida. En cada experiencia y
circunstancia humana. En cada condición. Nuestra oportunidad es darnos
cuenta de esto. Eso es también nuestra liberación. Nuestra salvación. El
final de nuestro sufrimiento y nuestro dolor”.
La cara de Helen cambió inmediatamente. Llena de enfado sólo unos
momentos antes, ahora resplandecía. Su cuerpo entero parecía haberse
vaciado de toda tensión. Se la veía relajada por primera vez en mucho
tiempo. Las lágrimas le caían por las mejillas incluso mientras sonreía con
una luz que llenaba la habitación.
He contado esta historia porque quiero que todo el mundo sepa lo que
Helen y todos los demás participantes de aquel retiro saben ahora. Hay una
“fórmula mágica” que nos ha dado el cielo. Es una fórmula con la que toda
la tristeza, todo el enfado, toda la negatividad que rodea la tristeza, todo el
enfado, toda la negatividad que rodea a cualquier experiencia humana se
disuelve. Es una fórmula que nos permite re-crearnos de nuevo, y se
declara en tres palabras”.
Ve la perfección.
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Ah, ¿pero funciona? ¿Realmente funciona?
En Nochevieja Helen me entregó una nota que había escrito la noche
anterior, cuando había vuelto a su cuarto después de dar un paseo bajo el
limpio, despejado cielo de Colorado. Como Robert Frost y Bisel Mueller, ella
también había recurrido a la poesía para expresar la belleza de lo que sabía.
Llegué aquí con un corazón que llevaba una carga,
un corazón con miedo de llorar.
Hace casi tres años que Billy se marchó
y no le pude decir adiós.
Me quedé de pie, sola, junto a su tumba.
Y no pude ni llorar.
“Teníamos un trato”, le dije,
“y me dejaste plantada”.
Hace casi tres años que Billy se marchó,
Dios no había parecido intentar
calmar esta herida, curar este corazón,
darme lágrimas para llorar.
Y entonces Dios habló, El señalo
que , aunque lo intentó,
mi corazón estaba cerrado y no podía oír
su suave, intemporal aliento.
Y aunque fue sólo la voz de Neale
la que trajo el mensaje de las alturas,
mi espíritu oyó las palabras de Dios esta noche,
y ahora mis ojos pueden llorar.
Salí a pasear esta noche estrellada.
Ya es hora finalmente de intentar
encontrar la alegría para dejar libre a mi hijo.
Es hora de decir adiós.
Y cuando lo hice, una estrella fugaz…
… a través del cielo, bailó.
Ninguna muerte se desperdicia, y toda muerte trae un mensaje
Para los que dejan la tierra y para los que se quedan.
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23
Esa es una historia maravillosa. Ilustra perfectamente cómo cada
viaje a través del Continuo Espacio-Tiempo está diseñado para darle a
cada alma una experiencia especial y cómo la hora y la circunstancia
de cada “muerte” son siempre perfectas.
Yo ciertamente entiendo cómo fue “perfecto” que este joven dejara su
cuerpo cuando lo hizo, porque dijo que quería conocer a su madre biológica,
y se le concedió este deseo a través del mecanismo de su muerte.
Lo que veo es cómo fue “perfecto” que todo sucediera de este modo; y
ciertamente no veo cómo este joven tuvo la “experiencia especial” que vino
aquí a experimentar.
¿Billy vino aquí a experimentar estar frustrado toda su vida y después tener
que morir en un accidente de moto simplemente para por fin conocer a su
madre? ¡Vamos!
No te pienses que puedes saber, o que puedes deducir de los
“hechos”, cuál es el camino del alma. No puedes conocer el delicado
entretejido co-creado por todos los Seres Benditos involucrados en la
experiencia de vida que acabas de relatar. Billy vino aquí a cumplir con
todos los planes.
¿Todos los planes?
Había muchas almas interactuando y co-creando aquí, como las hay
en cada momento de la vida, en todas partes.
En este caso esas almas incluían al joven de la moto, a su madre
biológica, a su madre adoptiva, a su padre adoptivo, a su hermano y
también al alma de la persona que conducía el vehículo que chocó con
él y lo mató.
Y esto sin contar otras almas, algunas de ellas más alejadas, como
la del padre biológico del joven, los amigos y parientes de toda esa
gente y -¿estás listo para esto? –tú , y la gente de tu taller.
Cada uno tiene un plan que se está llevando a cabo.
Así que, con este entendimiento, llegamos al…
DUODÉCIMO RECUERDO
La muerte de cada persona siempre cumple una función en el plan
de los que son conscientes de ella.
Es por eso por lo que son conscientes de ella. Por lo tanto, no hay
muerte (mi vida) que jamás se “desperdicie”. Nadie muere “en vano”.
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Esto pone a las tragedias personales y a los desastres nacionales y a las
muertes masivas y a la muerte de cada individuo en un contexto
enteramente diferente. De pronto todo, desde la muerte en cuna de un solo
bebé hasta la aniquilación de miles de personas, pueden entenderse de
una forma completamente nueva.
Sí.
Cuando entiendes el inacablable y milagroso entretejido de la vida,
cada muerte se transforma en un acontecimiento de enorme
significación celestial.
Las muertes del 11 de Septiembre y las muertes del tsunami de
2004 y de los huracanes de 2005 y las muertes del genocidio de Darfur
y las muertes del Holocausto, todas son elevadas a un lugar de honor.
Las muertes de las abuelas que llevan años en sus lechos de
enfermas y las muertes de los niños que sin darse cuenta se meten
como dardos en el tráfico y las muertes de los pacientes de SIDA y las
muertes de los pilotos de prueba y las muertes de la gente que murió
en paz y de los que murieron violentamente, muertes heroicas y
muertes que pasan desapercibidas: todas las muertes son elevadas al
nivel de una significación extraordinaria, porque cada vida afecta a
miles, y cada muerte los redime.
Toda muerte es redentora porque toda muerte lleva a cada alma a la
verdad de sí misma, a la verdad de la vida, a la Verdad de Dios; cada
persona que es afectada por cualquier muerte se abre a esta verdad y,
de esta forma puede experimentar también.
Te lo digo en serio, ninguna muerte se desperdicia, y toda muerte
trae un mensaje para los que dejan la tierra y para lo que se quedan.
Eres tú el que debe buscar ese mensaje y encontrarlo, y oírlo, y ser
consecuente con él.
¿Cuál es el mensaje del Holocausto? ¿Cuál es el mensaje del 11 de
septiembre? ¿Cuál es el mensaje del tsunami y de la muerte en la cuna,
y del paciente de SIDA y del abuelo amoroso que se marcha en
silencio en mitad de la noche?
En realidad, ¿Cuál es el mensaje y el propósito de toda muerte y toda
vida?
¿Nos lo vas a decir? ¿Puedes decírnoslo aquí?
El mensaje es lo que tú anuncies que sea. El propósito es lo que tú
demuestres que sea. Tú lo anuncias y lo demuestras viviendo tu vida.
Eres tanto el mensaje como el mensajero. Eres tanto el creador
como lo creado. Estás en el proceso de producir el mensaje incluso
121
mientras

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