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la casa de dios 28

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Mensaje  Admin Jue Sep 23, 2010 9:37 pm

alma en el cielo. El ciclo entero es santo y tú simplemente estás
donde estás.
Una de las dificultades que han creado los humanos en la tierra es
que muchos tienen esta idea de “mejor”. Es “mejor” ser musulmán o
es “mejor” ser mormón o es “mejor” ser judío o bahaí o cristiano, o
es “mejor” ser hombre o mujer, o conservador o liberal, o francés o
italiano, o negro o asiático o blanco, o miembro de los Crips o
miembro de los Bloods (dos pandillas de los Angeles), o lo que sea.
Lo han diseñado para que uno de ustedes sea mejor que el otro, y
simplemente no es así.
Pero tengo una pregunta razonable, entonces. Si no tiene que ver con ser
“ascendido”, si no tiene que ver con “avanzar”, ¿Cómo consigues ser un
“ángel”?
Eliges ser un ángel.
¿Pueden los ángeles elegir dejar de ser ángeles?
Por supuesto que pueden, y lo han hecho. Puedes ser un ángel por
un tiempo y después no ser un ángel. Después puedes decidir ser un
ángel otra vez. Puedes ir por ahí en ciclos, puedes ir por ahí dando
curvas, puedes viajar en espiral, te puedes mover en línea recta,
puedes “estar en el cielo” durante eones, puedes volver a la tierra al
segundo siguiente, puedes hacer lo que quieras.
¿Tienes alguna idea de Quién Eres?
Me lo estás tratando de decir ahora, y veo que me estoy resistiendo.
Tú eres Dios.
Yo soy tú, simplemente haciendo que me recuerdes.
33
Robert Heinlein expresó eso en un libro hace cuarenta y cinco años.
Otro de mis mensajeros.
176
¿Y yo, también, he “vuelto a la vida”?
Bueno, déjame preguntarte esto: ¿Has tenido ocasiones en las que
parecía como si hubieras “estirado la pata”?
Claro que sí. Creo que sé a qué tipo de cosas te refieres y sé que he
tenido ocasiones como ésas.
Por supuesto que las has tenido. ¿Te gustaría que te las
describiera?
No, no sé de cuáles estás hablando…
Hay una de la que puede que no sepas. Una que quizás no
recuerdes. Fue nada más nacer. Eras prematuro. No pesabas ni dos
kilos. Nadie esperaba que vivieras.
Pero lo hice.
La segunda vez, sí.
¿Disculpa?
La segunda vez, viviste. La primera vez, no.
Hombre, ya nos estamos saliendo del mapa otra vez. Nos hemos salido
del mapa.
Después de morir la primera vez, indicaste que no te sentías
completo con lo que te habías ido a experimentar al mundo físico.
¿Y qué era eso?
Dar a los demás. Querías experimentar dar a los demás. Querías
experimentar amar. Lo hiciste lo mejor que pudiste, al morir, pero al
final sentiste que no era suficiente. Querías experimentar más.
Espera un momento. ¿Me morí al nacer para dar a los demás?
Contribuiste completamente al plan de tu madre y al de tu padre.
En ese momento diste la única cosa que podías dar, la vida misma,
para contribuir completamente a los planes de tus padres.
¿Cuáles eran sus planes?
177
Te lo revelarán ellos mismos cuando sea el momento. Y ese
momento llegará.
Yo te puedo hablar sobre tu propio plan, sin embargo, en cualquier
momento. Tu plan en esta vida es experimentar cómo amar. Sin
egoísmo. Completamente. Hiciste eso en el primer momento de tu
vida. Diste tu vida por otro. Pero, como ya dije, tu experiencia de dar
no te pareció completa.
Querías dar más. Querías seguir dando. Así que saltaste de
realidad.
¿Perdón?
¿Recuerdas cuando hablábamos antes sobre la posibilidad de
alternas realidades? Cuando “mueres” y cuando “regresas”, lo que
haces en realidad es simplemente mover tu ser consciente a una
realidad alternativa. En esa realidad experimentas el momento de tu
“muerte” otra vez, pero esta vez no mueres, vives. En algunos casos,
a lo que se parece eso es a una “casi muerte”. En otros casos
podrías ser una recuperación sorprendente o una remisión repentina
de una enfermedad. Es como ser insertado en la Línea del Tiempo en
los momentos o semanas previos a tu “muerte” y entonces colocar
una aguja que desvía el tren, mandándolo por otra vía.
Esto es lo que hiciste las otras veces también. Las veces que
sabes, las veces que recuerdas. En cada uno de esos momentos -
¿los recuerdas?- tú pensaste que te ibas.
Sí, eso pensé.
Y tenías razón. Te ibas. Quiero decir, te fuiste. Te marchaste.
¿Estuve muerto?
Todas las veces.
Esto me está desconcertando realmente. ¿He estado muerto?
Completamente muerto.
Y sin embargo aquí estoy, aquí mismo, ahora mismo.
¿Qué?, ¿Piensas que los gatos son los únicos que tienen siete
vidas?
178
Sí, estuviste lo que llamas muerto todas esas veces. Pasaste por
todas las etapas. Por aquella época de tu ida habías oído el
“infierno” y tú mismo te creaste tu propio “infierno” y pasaste por
esa experiencia. Después llegaste a un lugar de recordar. Entonces
recordaste que el “infierno” no existe. Entonces creaste algo más,
algo mucho más agradable, pero no estabas satisfecho. Después te
encontraste conmigo, en el momento de la Inmersión Total.
Entonces tuviste tu Recuerdo de la Vida. Y después yo hice la
Pregunta Santa y tú decidiste volver.
Dijiste que no te sentías “completo”.
Ahora entiendo mucho mejor una nota que alguien me mandó hace unos
meses. Uau, ahora esto sí que tiene sentido. Completamente.
Lee esto:
Querido Neale:
Por si sirve de algo, querría contarte una pequeña historia que me
ocurrió justo antes de Navidad.
Por motivos de trabajo tuve que separarme de mi esposo durante seis
semanas antes de Navidad. En la mitad de este trabajo tenía una semana
libre para conducir las cinco horas desde Grand Junction hasta Loveland,
Colorado, y estar en casa para pasar las fiestas. El 22 de diciembre a las
11 de la noche empecé el viaje, con la esperanza de librarme del mal
tiempo que se avecinaba al día siguiente. La noche estaba llena de
estrellas hasta que crucé el túnel Eisenhower en Loveland Pass.
Salí del túnel y me encontré en medio de una tormenta de nieve y más
tarde apenas había visibilidad. Era para ponerte los pelos de punta, y yo
le pedí a Dios que me mantuviera segura. Cuando llegué a Denver, se
podía conducir mejor. Yendo por la I-25, la carretera estaba más o menos
seca y sólo había alguna ligera precipitación de nieve. Iba a 75 km por
hora en una recta cuando de pronto el coche patinó en un trozo de la
carretera que tenía hielo, giró bruscamente y quedó atravesado en la
carretera. Eran las 4 de la madrugada.
Me había dado de frente con la barrera de la izquierda y sentí un dolor
repentino e intenso en la parte inferior de mi cara. No sabía si estaba muy
herida y me entró el pánico cuando en la distancia vi venir las luces de un
camión. Mi motor se había apagado y estaba parada en el medio de la
autopista. Sabía que chocaría conmigo antes de que el conductor pudiera
verme y frenar en esa carretera helada. No podía pensar con claridad
suficiente como para salir del coche, y en lo único en que podía pensar
era en encender las luces de emergencia. Tocaba el tablero a ciegas pero
no podía encontrar el botón para encenderlas.
179
Entonces pasó un milagro. Mi coche empezó a resbalar hacia atrás sin
ningún motivo aparente. Resbaló hasta la banquina de la derecha, hasta
que se dio con la barrera de la derecha, donde se quedó parado, justo
cuando el camión pasó zumbando al costado.
El resto de la historia no es relevante aquí. Contaba brevemente, pude
arrancar y conducir otros 20 km hasta mi casa. Fui al dentista más tarde
ese día y no encontró ninguna fractura, y mis dientes, un poco flojos,
probablemente volverán a estar firme en su sitio en un par de meses. No
sufrí gran daño y me considero verdaderamente bienaventurada por
haber tenido esta experiencia.
Algunos piensan que tuve mala suerte. Otros piensan que simplemente
tuve una suerte extraordinaria. Pero yo sé más, y unos cuantos también lo
saben.
Con amor.
Inga Graus
Entonces las “casi muertes” son realmente “reposiciones” o “reestrenos”
con un nuevo final. Qué idea. Una segunda oportunidad. Una oportunidad
para terminar, para llegar a la completud, para hacer lo que vinimos a
hacer aquí.
Sí.
¿Y he estado muerto tres veces anteriormente?
Cuatro veces. No te olvides de tu muerte al nacer.
¿Y volví incluso cuando era un adulto? ¿Después de todo ese vivir?
Dijiste que había mucho que querías hacer, mucho que todavía
querías experimentar. Dijiste que querías ser mejor con tus hijos.
Dijiste que querías experimentar amar a las mujeres que te amaban,
en vez de maltratarlas. Dijiste, sobre todo, que querías cambiar las
ideas que tiene el mundo sobre Dios y sobre la vida.
¿Qué tiene que ver la última parte con recordar cómo amar?
Dijiste que te habías dado cuenta de que, una vez que el mundo
recordase quién y qué es Dios y cómo funciona la vida realmente, no
le costaría nada a la gente recordar cómo amar y que todo el mundo
amaría a todo el mundo, sin condiciones.
Después de que recordaste qué había en “el otro lado”, después
de que pasaste algún tiempo en el Más Allá, después de que te diste
180
cuenta de que el “infierno” era una invención de tu imaginación ( y
que todo lo era) y, fundamentalmente, después de que me conociste,

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