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Mensaje  Admin Miér Sep 08, 2010 4:53 pm

El Ángel de la Flexibilidad

Es preciso estar centrado en la propia Alma y recibir la inspiración que nos ayuda a no atiesarnos o cristalizarnos en relación a nuestros pensamientos, conceptos, patrones de conducta o condicionamientos. Si somos capaces de seguir con flexibilidad el flujo de la energía en los asuntos de nuestra vida, creamos una abertura para el Espíritu que viene en nuestra ayuda y torna liviano nuestro fardo.

AFIRMACIÓN: Estoy pronto para las sorpresas de la vida.

De qué manera? Aun así habría desavenencias.

Eso es verdad, mientras los humanos permanezcan atados a las cosas externas. Hay una forma para eliminar verdaderamente la guerra - y toda experiencia de desorden y falta de paz -, pero ésa es una solución espiritual. Aquí estamos examinando una geopolítica.

En realidad, el truco consiste en combinar las dos. A fin de cambiar la experiencia cotidiana, se debe vivir la verdad espiritual en la vida práctica.

Hasta que ocurra este cambio, seguirán los desacuerdos. Tienes razón. Sin embargo, no es necesario que haya guerras. No es necesario que haya muertes.

¿Hay guerras entre California y Oregon por derechos de agua? ¿Entre Maryland y Virginia por la pesca? ¿Entre Wisconsin e Illinois, Ohio y Massachusetts?

No.

¿Y por qué no? ¿No han surgido disputas y diferencias entre ellos?

En el transcurso de los años, supongo que sí.

Puedes estar seguro de que así fue. Pero estos estados individuales convinieron voluntariamente - fue un sencillo acuerdo voluntario - cumplir con ciertas leyes y cumplir con ciertos compromisos en asuntos comunes, conservando el derecho a promulgar estatutos separados en aspectos relacionados con cada uno de ellos en lo individual.

Y cuando surgen conflictos entre los estados debido a interpretaciones distintas de la ley federal - o simplemente porque alguien viola esa ley -, la querella se presenta ante una corte... a la cual se le ha investido con la autoridad (es decir, los estados le dieron la autoridad) para resolver la disputa.

Y si el actual organismo de ley no proporciona un precedente o un medio por el cual el conflicto pueda presentarse ante los tribunales para llegar a una solución satisfactoria, los estados y sus habitantes envían a sus representantes a un gobierno central para que tratan de alcanzar un acuerdo sobre leyes nuevas que produzcan una circunstancia satisfactoria o, al menos, un compromiso razonable.

Así es como funciona la federación estadounidense. Un sistema de leyes, un sistema de tribunales a los cuales se les dieron facultades para interpretar esas leyes, y un sistema de Justicia, respaldado con fuerza armada, si se necesita, para que acaten las decisiones de esos tribunales.

Si bien nadie podría aducir que el sistema no necesita mejoras, ¡esta invención política ha funcionado durante más de 200 años!

No hay razón para dudar que la misma receta funcionaría también entre naciones.

Si es tan sencillo, ¿por qué no se ha puesto a prueba?

Se ha intentado. La liga de las Naciones fue un intento temprano. Las Naciones Unidas es el último.

Sin embargo, una fracasó y la otra sólo es efectiva en un grado mínimo debido a que - lo mismo que estos 13 estados de la Confederación original de Estados Unidos - los estados nacionales miembros (particularmente los más poderosos) temen más perder que ganar con la reconfiguración.

Esto se debe a que la "gente en el poder" se preocupa más por sostenerse en el poder que por mejorar la calidad de vida de todas las personas. Los que "tienen" saben que una Federación Mundial, inevitablemente, produciría más para los que "no tienen", pero los que "tienen" creen que eso sería a expensas de ellos... y no quieren renunciar a nada.

¿No está justificado ese temor, y es irrazonable que quieras conservar aquello por lo que has luchado tanto tiempo?

Primero, no es necesariamente cierto que, para dar más a aquellos que ahora tienen hambre y sed y viven sin cobijo, los demás deban renunciar a su abundancia.

Como señalé, todo lo que se tendría que hacer es tomar el billón de dólares que se gasta anualmente en todo el mundo para propósitos militares y destinarlo a fines humanitarios, y así se resolvería el problema sin gastar un centavo adicional o trasladar ninguna riqueza de donde reside ahora a donde no la hay.

(Desde luego, se podría argumentar que los conglomerados internacionales cuyas utilidades provienen de la guerra y los instrumentos militares serían "perdedores", como lo serían sus empleados y todos aquellos cuya abundancia se deriva de la consciencia del conflicto mundial, pero tal vez su fuente de abundancia está mal situada. Si uno tiene que depender de un mundo que vive en contienda para sobrevivir, es posible que esa dependencia explique la razón para que el mundo se resista a cualquier intento por crear una estructura para una paz duradera.)

En cuanto a la segunda parte de tu pregunta, si tienes una consciencia del Mundo Exterior, no es irrazonable que quieras conservar lo que has luchado por adquirir durante largo tiempo, como individuo o como nación.

¿Una qué?

Si derivas tu mayor felicidad en la vida de experiencias que sólo se obtienen en el Mundo Exterior - el mundo físico fuera de ti mismo - nunca querrás renunciar a una onza de lo que acumulaste, como persona o como nación, para hacerte feliz.

Y mientras aquellos que "no tienen" vean a su infelicidad vinculada con la carencia de cosas materiales, ellos , también, quedarán atrapados en el engaño. Constantemente querrán lo que tu conseguiste, y tú te negarás constantemente a compartirlo.

Ésa es la razón por la que dije anteriormente que hay una forma para eliminar la guerra de verdad, y toda experiencia de desorden y falta de paz. Pero es una solución espiritual.

A la larga, cada problema geopolítico, al igual que cada problema personal, se reduce a un problema espiritual.

Todo lo que concierne a la vida es espiritual y, por lo tanto, todos los problemas de la vida tienen una base espiritual, y se solucionan espiritualmente.

En este planeta, las guerras se desatan porque alguien tiene algo que otro quiere. Esto es lo que ocasiona que alguien actúe en una determinada manera que no aprueba algún otro.


Todo conflicto surge de un deseo fuera de lugar.

La única paz que se sostiene en todo el mundo es la Paz Interna.

Es necesario permitir que cada persona encuentre la paz en su interior. Cuando encuentres la paz en el interior, descubres también de que puedes prescindir.

Esto simplemente significa que ya no necesitas las cosas de tu mundo exterior. La "ausencia de necesidad" es una gran libertad. Te libera primero, del temor: temor de que haya algo que no tengas; temor de que haya algo que tengas y que puedas perder, y temor de que sin una cierta posesión, no serás feliz.

Segundo, la "ausencia de necesidad" te libera del enojo. El enojo es temor expresado. Cuando no tienes nada que temer, no tienes por qué enojarte.

No te enojas cuando no obtienes lo que quieres, porque tu deseo sólo es una preferencia, no una necesidad. Por lo tanto, no sientes un temor relacionado con la posibilidad de no obtenerlo. De ahí que no haya enojo.

No te enojas cuando alguien no es amable, porque no tienes necesidad de que sean amables. No te enojas cuando alguien no es cariñoso, porque no tienes necesidad de que te amen. No te enojas cuando alguien es cruel, o hiriente o busca perjudicarte, porque no tienes necesidad de que se comporten en otra forma, y estás seguro de que no pueden dañarte.

Ni siquiera sientes enojo si alguien busca quitarte la vida, porque no temes a la muerte.

Cuando se te suprime el temor, se te puede despojar de todo lo demás y no sentirás enojo.

Sabes en tu interior, instintivamente, que todo lo has creado y se puede crear de nuevo, o - lo que es más importante - que no tiene valor.

Cuando encuentras la Paz Interior, ni la presencia ni la ausencia de cualquier persona, lugar o cosa, condición, circunstancia o situación, puede convertirse en Creador de tu estado mental o la causa de tu experiencia de ser.

Esto no quiere decir que rechaces todas las cosas del cuerpo. Lejos de eso, experimentas plenamente el ser en tu cuerpo y los deleites de él, como nunca lo has hecho antes.

Sin embargo, tu vinculación con lo relacionado con el cuerpo será voluntaria, no obligatoria. Experimentarás sensaciones físicas porque así lo elegiste y no porque te sea necesario para sentirte feliz o justificar la tristeza.

Este sencillo cambio, la búsqueda y el encuentro de la paz interior, si todos lo emprendieran, podría terminar con las guerras, eliminar los conflictos, impedir la injusticia y llevar al mundo a una paz perdurable.

Ninguna otra fórmula es necesaria, o posible.

¡La paz mundial es algo personal!

Lo que se requiere no es un cambio de circunstancias, sino un cambio de consciencia.

¿Cómo podemos encontrar la paz interior cuando tenemos hambre? ¿Situarnos en un lugar de serenidad cuando estamos sedientos? ¿Permanecer en calma cuando nos traspasa la lluvia y tenemos frío y carecemos de albergue? ¿O evitar el enojo cuando nuestros seres queridos mueren sin causa?

Hablas muy poéticamente, ¿pero es práctica la poesía? ¿Tiene algo que decirle a la madre en Etiopía que ve morir a su hijo anémico por falta de una rebanada de pan? ¿Al hombre en América Central que siente que una bala le desgarra el cuerpo porque trató de impedir que un ejército se adueñara de su aldea? ¿Y qué le dice tu poesía a la mujer en Brooklyn que fue violada ocho veces por una pandilla? ¿O a la familia entera en Irlanda que desaparece por una bomba terrorista colocada en una iglesia la mañana del domingo?

Es difícil escuchar esto, pero yo te digo: En todo hay perfección. Empéñate en ver la perfección. Ése es el cambio de consciencia del cual hablo.

No necesites nada. Desea todo. Elige lo que se presente.

Siente tus sentimientos. Llora tus llantos. Ríe tus risas. Respeta tu verdad. Y cuando consumas toda la emoción, quédate tranquilo y reconoce que Yo Soy Dios.

En otras palabras, en medio de la tragedia más grande, percibe la gloria del proceso. Incluso cuando mueras con una bala en el pecho, incluso cuando te esté violando una pandilla.

Esto suena como algo imposible de hacer. Sin embargo, cuando te ubicas en la consciencia de Dios, lo puedes lograr.

Desde luego, no tienes que hacerlo. Depende de cómo desees experimentar el momento.

En un momento de gran tragedia, el reto siempre consiste en acallar la mente y situarse en lo profundo del alma.

Cuando no tienes control sobre ello, lo haces automáticamente.

¿Has hablado con una persona que accidentalmente se salió de un puente con el automóvil? ¿O se encontró con una pistola frente a ella? ¿O casi se ahogaba? Con frecuencia te dirán que el tiempo detuvo su marcha, que se sintieron inundados con una curiosa calma, que no tuvieron miedo en absoluto.

"No temas, porque estoy contigo." Eso es lo que la poesía tiene que decir a la persona que enfrenta a la tragedia. En tu hora más oscura, Yo seré la luz. En tu momento más oscuro, Yo seré tu consuelo. En tus tiempos más difíciles y cansados, Yo seré tu fortaleza. ¡Por lo tanto, ten fe! Yo soy tu pastor; no tendrás carencias. Yo ocasionaré que reposes en prados verdes; te conduciré junto a aguas tranquilas.

Yo restauraré tu alma, y te conduciré por los senderos de la virtud en consideración a Mi Nombre.

Y sí, aunque camines a través del valle de la Sombra de la Muerte, no temerás ningún mal; ya que Yo estoy contigo. Mi vara y mi Báculo te reconfortarán.

Estoy preparando una mesa para ti en la presencia de tus enemigos. Ungiré tu cabeza con crisma. Tu copa se desbordará.

En efecto, la bondad y la misericordia te seguirán todos los días de tu vida, y morarás en Mi casa, y en Mi corazón, para siempre.





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